La Belleza -lo poético- viene de otro lado: de un "lado" que no encaja en el mundo. Ese lado que no hay por ningún lado es el norte del deseo. El Bien se levanta entonces como un destino desviante. Se levanta como un velo, como una cortina. Así, la filosofía y lo poético mantienen vínculos de carácter obstinadamente polémico e indecidible. Lo cual, por inconcluyente, es inmensamente instructivo. La filosofía opera como "bisagra" entre lo poético (trágico) y lo técnico (político). De ahí su vitalidad y también su constante refriega y desajuste con el mundo. De ahí, también, la imposibilidad de su "fin". Esta obra recorre los resquicios del autor francés perverso-erótico-literario-filosófico Georges Bataille.