Escrita, la voz
Alejandra Atala ofrece a sus lectores esta propuesta poética y prosística en la que manifiesta, por medio de la palabra, profunda y expresiva, la representación íntima del silencio, el sueño, la voz, el fuego, los cuerpos y otras significaciones del mundo. En esta obra, la poesía se convierte en enunciados divergentes de explosividad comunicativa, a través de poemas que son a la vez un grito desesperado y plegaria de calma; angustia y quietud; cuerdas de guitarra y cantos de sirenas. En esta obra nos encontramos, al fin, Tú, que habitas el sentir lírico; Yo, que soy habitación de los suspiros.