Gas lacrimógeno y otras cosas que no son poemas
Ángel Ortuño levanta la voz mediante estos poemas en forma de consignas (o consignas en forma de poemas), para expresar las causales que absorben al ser humano como viviente de un espacio y un tiempo. Todo aquello digno de evocarse es sometido al escrutinio del autor con una pluma que hace ruido, resultado de observar el meollo de las circunstancias desde una concepción crítica. Poemas radicales que forman un entramado heterogéneo de esclarecimientos ante lo medular.