El oficio de historiar implica enunciar lo que ha desaparecido: posibilita el regreso del pasado, un tiempo transfigurado, resignificado. Pero el pasado nunca es algo dado, es necesario un ejercicio reflexivo para pensarlo y que, de esa forma, emerja como algo distinto al mundo que lo evoca. Pensar a través de una mediación su presencia: el acceso a un mundo extinto ocurre por sus restos y ruinas. En ese horizonte la pregunta ¿qué significa historizar? adquiere sentido; implica romper la artificial certeza de pensar el pasado como una cadena de acontecimientos, autónomos, dejados para la mirada del historiador. La resolución debe cuestionar la artificial inteligibilidad de los restos que se presentan ante los ojos. El presente libro muestra estrategias de historización: nueve contribuciones que, a su modo, piensan, resignifican, teorizan o deconstruyen, las complejas relaciones que tenemos con la temporalidad. Estrategias de visualización, análisis teoréticos, contextualizaciones radicales que ilustran la cambiante relación que mantenemos con la temporalidad.